Our story begins in 2018—two souls brought together by chance, exchanging a few scattered messages over the months, neither of us knowing that these small moments would one day weave into something extraordinary. Then, one day, we made plans to finally meet, with no expectations, no pressure—just two people stepping into the unknown.
That first night, we talked as if we had known each other forever, our conversations flowing effortlessly. Time slipped away, and as we parted ways, we didn’t know what the future held. But fate had other plans. Despite the uncertainty, we kept talking. One conversation turned into another, one moment into many—beach dates under the stars, cozy movie nights, spontaneous late-night meet-ups where the world felt like it belonged only to us.
For a time, love blossomed between us, but life had its own timing. We made the difficult decision to remain friends, believing that our paths were meant to diverge. Yet, even as the years passed, we never truly let go. Through life’s highs and lows, we would check in, making sure the other was okay—never fully knowing why we couldn’t completely walk away.
Fast forward to late 2023, when, by what can only be described as the hand of fate, our paths crossed once more. This time, something was different. The moment we saw each other again, it was as if no time had passed. We laughed, we reminisced, and in each other’s presence, we felt the same comfort we had years ago. What started as catching up soon turned into daily conversations, and before we knew it, love had found its way back to us. But this time, we knew—we weren’t meant to be just a fleeting chapter in each other’s lives.
In 2024, we built something stronger than ever before. We dreamed together, planned together, and found that our visions of the future aligned in perfect harmony. Every late-night conversation, every whispered “I love you,” and every moment spent in each other’s arms confirmed what our hearts had always known: this was it. This was forever.
And so, as 2024 came to a close, we ended the year not just as two people in love, but as two souls bound by a promise—a promise sealed with a ring, a future intertwined. Now, here we stand, ready to embark on the next chapter of our journey. In December 2025, we will stand before our loved ones, vowing to spend a lifetime together, not just as partners but as best friends, soulmates, and forever loves.
Ours is a story of fate, of timing, of love that never truly faded. And now, it’s a love story that will last a lifetime.
Nuestra historia comienza en 2018: dos almas unidas por casualidad, intercambiando algunos mensajes dispersos a lo largo de los meses, sin que ninguno de los dos supiera que esos pequeños momentos algún día se entretejerían en algo extraordinario. Luego, un día, hicimos planes para finalmente conocernos, sin expectativas, sin presión, solo dos personas dando un paso hacia lo desconocido.
Esa primera noche, hablamos como si nos conociéramos de toda la vida, nuestras conversaciones fluían sin esfuerzo. El tiempo se desvaneció y, al despedirnos, no sabíamos lo que el futuro nos depararía. Pero el destino tenía otros planes. A pesar de la incertidumbre, seguimos hablando. Una conversación se convirtió en otra, un momento en muchos: citas en la playa bajo las estrellas, noches de películas acogedoras, encuentros espontáneos a altas horas de la noche donde el mundo parecía pertenecer solo a nosotros.
Por un tiempo, el amor floreció entre nosotros, pero la vida tenía su propio tiempo. Tomamos la difícil decisión de seguir siendo amigos, creyendo que nuestros caminos estaban destinados a separarse. Sin embargo, incluso con el paso de los años, nunca nos soltamos por completo. A través de los altibajos de la vida, siempre nos aseguramos de que el otro estuviera bien, sin saber del todo por qué no podíamos alejarnos del todo.
Avancemos hasta finales de 2023, cuando, por lo que solo puede describirse como la mano del destino, nuestros caminos se cruzaron una vez más. Esta vez, algo era diferente. El momento en que nos vimos de nuevo fue como si no hubiera pasado el tiempo. Reímos, recordamos y, en presencia del otro, sentimos la misma comodidad que años atrás. Lo que comenzó como ponernos al día pronto se convirtió en conversaciones diarias, y antes de que nos diéramos cuenta, el amor había encontrado su camino de regreso hacia nosotros. Pero esta vez lo sabíamos: no estábamos destinados a ser solo un capítulo fugaz en la vida del otro.
En 2024, construimos algo más fuerte que nunca. Soñamos juntos, planeamos juntos y descubrimos que nuestras visiones del futuro se alineaban en perfecta armonía. Cada conversación nocturna, cada susurro de “te amo” y cada momento juntos confirmaron lo que nuestros corazones siempre habían sabido: esto era todo. Esto era para siempre.
Y así, cuando el 2024 llegó a su fin, terminamos el año no solo como dos personas enamoradas, sino como dos almas unidas por una promesa, una promesa sellada con un anillo, un futuro entrelazado. Ahora, aquí estamos, listos para embarcarnos en el próximo capítulo de nuestro viaje. En diciembre de 2025, nos pararemos ante nuestros seres queridos, prometiendo pasar una vida juntos, no solo como compañeros, sino como mejores amigos, almas gemelas y amores para siempre.
La nuestra es una historia de destino, de tiempo, de un amor que nunca se desvaneció por completo. Y ahora, es una historia de amor que durará toda la vida.